ne-cia


La sirena se tumbó en el catre, se desgreño la cabellera… sacudiendo así también los recuerdos de olores y dedos sudorosos… se trago el dolor y abrió las mamparas al gélido crepúsculo de invierno… pretendía enfriar los pensamientos, decidió congelar la credulidad…



… sin embargo era su apego a el un torbellino en la masa de agua que le jalaba a la desesperación de tenerlo admitiendo q era carne v/s carne … empero, el le extasiaba.. le hechizaba… a flote se agarraba de alguno de los maderos que la circundaban… y de cuando en vez, a fuerza de dispersarse del tedio de negarlo, en un acto irracional circundaba esas aguas en que no sabia bracear y le arañaba la piel por sobre la tela del pantalón para poner en el disparadero su temple…


Vamos que cuando quiso lo tuvo… tic-tac... tic-tac… péndola infame que turbaba su silencio… tic-tac… tic-tac… se mutaba el sonar … tic-tac... tic-tac… ne-cia.. ne-cia… ne-cia… en el mutismo de un cuerpo adolorido por el descaro atrevimiento el tiempo se encargo de repasarle la cuenta… ne-cia … ne-cia… ne-cia…

El alborada relente escarchaba el marco de fierro oxidado de la ventanilla… la sirena abrió la boca, recogió una bocanada de aire y pensó… la infamia que escupiste desde tu boca… la afrenta declarada te desnudaron dejando a mi vista la cobardía... ahora que te he visto con los ojos buenos… así, eres boca de hipocresía … relamidos actos de candores vaciantes de gónadas … murmuraba rabiosa y el soplo crudo que le azotaba la cara se liaba con sus propios sollozados…

La sirena, le esbozó en el muro del recuerdo… cerro los ojos, respiro profundo… abrió los brazos… y se lanzo al vacío… 

Esta mañana me he asomado por el oxidado marco de la mampara.. saquè el óvalo que descansa sobre mi cuello… el óvalo q atrapa mi discernimiento… esta mañana estire las extremidades para agarrar los timoratos rayos antepuestos al aguacero anunciado para medio día…
Es todo cuanto puedo infórmale señor… solo esta mañana antes de la aguada que lavará las formas de la sirena adosadas en el polvillo, me he enterado de la desventurada
Ni idea señor, cuanto paso desde q se expulsó desde mi contemplación al suelo que la acolchó...Ni idea señor cuantas horas restaron a su último acto desespero…Ni idea señor…Que Dios me perdone… Dios nombrado en el relato… Dios de los impíos y beatos… que Dios me perdone porque yo la azucé para q saltara… yo la expulsé de mi conciente, de mi alma, de mis pechos y de mis nalgas, yo me la fregué porque era costra de heridas innecesarias… yo le puse el reloj al oído para que entendiera… yo le apague el tic-tac… y le hablé con voz disfrazada…Pero la muy perra… ahora se burla.. ahora que es etérea… flota sobre mi satírica…me amenaza con adueñarse de mi cordura …Dios… yo la arroje por la ventana… y tras de si al maldito colgante a cuerda… tic-tac… tic-tac… me entero del pulsar de los segundos … Dios… tic-tac.. tic-tac…ne-cia ..ne-cia.. ne-cia… ne-cia... ne-cia...
La sirena le había amado... la sirena nunca dejo de pensarlo... de esperar que un día acaso por milagro de ese que decían q socorría a los impíos y beatos, le abuenara la sien y le viera pa bien… la sirena había buscado calor en otros tantos brazos… el tiempo desde su seudo partida sucedía buscado escapar de quererlo para si en amores diversos… carnales, inicuos, de una noche, cándidos y de tiempos… viajeros… pasionales, egoístas, crédulos entregados y admirados... embriagados y postizos 

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