La Sirena 
elevó sus piernas erectas al cielo
separo sus muslos, deslizo furiosa sus manos
en la cavidad naciente y 
conminó al dios sol
que copulara en su vulva gélida

Sí!  infiel a tu deidad, me entrego a helios, cantándole mis borracheras en sueños malditos, acaso no oíste clamores de los labios que no son los de mi boca en hiel? te he esperado maldito céfiro horas eternas en desnuda calma, en enardecidas aguas fornicandome, sobre raídos velos vomitados en licores y putrefactos de espermas , te he esperado maldito amante amancebando en simples mortales ignorantes del amor que solo a vos profeso.




La sirena
trémula expelía aullidos gozosos
se retorcía con furia sobre la tierra seca
que en polvareda y lujuria
parecían lenguas de fuego devorando
a la mesalina hembra

Si! ya me hastiaron los huesos de amantes avaros de atesorar clítoris sobre sus miembros, mal nacido todo aquel que no sabedor que soy la sirena, maldito tu céfiro amante mio que gozas culpándome etéreo cuando los mortales se introducen en mi zanja lasciva.

La sirena
hundió la haz sobre la misma tierra
en que lloraron sus orgasmos
extendió los brazos en vuelo de libélula
inerte...a no ser, por las lágrimas
que acusan la desverguenza 
de Sirena que urde quimeras
en esas falacias del amar.

1 comentario:

  1. P'tas, esta sirena ha elegido una muy buena escritora que nos cuente sus lìquidas aventuras con su dios....
    Me encanta, me encanta, me encanta!

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