27 F La Pesca, Duao, Iloca (primer viaje)

Tempranamente este amanecer, demande la necesidad de una taza de café y “algo dulce”, nada a la mano, aja! que me toca ir por unas galletas! me gano la modorra y prescindí de la golosina, para dar conformidad a mi flojera, especulé en rendir mi cuota de “sacrificio” un par de meses, hasta q los ellos comieran golosinas en su catre y en su casa, el propósito me dije; cambio el placer de los dulces, por una tostada con café, ahí q pensé, mirá q hasta me ayuda a bajar de kilos, pero la idea demoro menos lo q se gasta en leerla q en desecharla, no me hace gracia acciones de ofrenda desde lo q constituye un beneficio propio.

En fín… acá estoy tratando de desarrollar las vivencias de un particular día, sabedores son algunos q no acostumbro hacer aspavientos de mis pequeñas acciones cuando las hay, pero el ahogo por explosionar y colectivizar las emociones que me sacudieron, tan disímiles como; la inicial apatía de dejar mis sabanas con tan pocas horas de descanso, la incertidumbre del “a que” no sabia “donde” ni “q era”, solo q era necesario acompañar a la “nena” ( los créditos de mi vivencia son de ella) le han dado trabajo hoy a mis dedos.

A la llegada al bus una vez, reconocido los nuevos rostros, supe q la máquina nos llevaría al encuentro del pequeño “zafrada de lindo hablamiento”. En el viaje, aun no lograba despejar; el que, y para que, un par de kilómetros observé un rato silenciosa (sí, admito silencio solo las primeras horas; motivada por el “incienso del compañerismo” no me duro mucho la intención de mudez).

Los aderezos del recorrido, créanme que fueron interesantes, enunciare q los aportes crearon un “árbol de ideas ” como el del cuento de la habichuelas! las manos se multiplicaron como se dice de los peces de una canasta! “encadenamiento productivo” para materializar los sándwiches, de majadera y hablantera que soy no me detengo en detalles, puesto que pero prefiero no gastar la paciencia de quien se atreve a leerme y trabajar solo dando esbozos con mi propio “hablamiento” en referir lo palpado, lo olido, lo impregnado, lo abrazado, lo desesperado de mis ojos a la llegada a “la pesca” donde mi retina no daba crédito a las huellas dejadas por la salinas marejadas q azotaron a los poblados de “La Pesca” “Duao” e “Iloca”.

Nos sacudió el doloroso asombro de lo conocido en noticieros y sus notas, pero créanme cuando digo y subrayo ver supera lo imaginado; “acá hubo hogares?”, en lo personal, me abofeteó la impotencia de sentir inutilidad de la "noble intención” ante tamaña catástrofe, algo de amargura y rechazo a las propias emocionalidades cuando uno siente agobio por lo difícil del pan de cada día, Dios! Esto si q es difícil esto si q es para dejarte abatir de rodillas!! sin embargo el asombro de ver a los lugareños esbozando una sonrisa, agitándonos sus manos en señal de bienvenida!! pensé hasta acá llego yo, nada q pueda decir, entregar, servirá de real ayuda, que mas puedo dar si la esperanza y la fe la tienen impregnada? Que mas puedo dar si las lecciones de fortaleza, claridad son aderezos de su sabiduría? Que temple forjan las olas en la gente de mar! Dios ya me la quisiera yo! … reconozco q en un momento me sentí abatida, de manos infecundas, verbalicé casi imperceptiblemente que hoy habemos tanto para abrazar, para entregar el pan tan nuestro de este día, pero q pasará en 5 meses, diez? que pasará cuando ya no sea noticia mediática el impacto de la manifestación de la pachamama? Acaso de mi fortuita venida, sacaré lección de lo visto?, no señor no me parece justo aprender desde el dolor ajeno… ahí q respiré fuerte hundí mi óvalo en el asiento delantero, me agarré silenciosa a puteadas y me dije Nó!! no hay permiso para llorar, las lágrimas frente al televisor, acá compórtese como usted sabe! creo q la fuerza y la entereza de mis compañeros de viaje, el observar q sus músculos faciales se contraían también aguantándose el llanto, me hizo mantener en pie.

Admito que el abrazo recibido, las sonrisas regaladas, las manos que me apretaron, los ojos q escudriñaron nuestras acciones, las carreras de los niños, la entereza de los bendecidos de seguir respirando! La algarabía de nosotros los visitantes y de ellos los habitantes me devolvió la fe!

He comprendido el verbo del asunto, todo, todo cuanto pueda dar es ínfimo ante la necesidad de los rostros de los niños de la ronda de Duao e Iloca y el niño Víctor, todo, todo cuanto se haga no sentarán jamás tributo al pedazo de cielo q piso, todo, todo cuanto puedan mis manos colaborar a trenzar no serán suficientes, sin embargo nunca antes me hizo tanto sentido una frase q siempre refiero, no importa cuanto es la moneda de cambio de tu ofrenda, lo trascendente es el acto de fe y amor q impregnas en ello.

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