La sirena perdió la cordura

No escribió lapso,
y al primer tacto suave
de las engañosas falanges
desabrochó sus atavíos
agrietó la adhesión de sus muslos
se enlazo a horcajadas sobre la cáscara
que envolvía el alma
q era yo que buscaba
déjame, le imploré
le impugné su desapego
lárgate Sirena
Arrastra tras de ti tus dolores
tus espectros
Viéndome sola con el individuo
me hundí en su pecho y busque manta

Sirena fementida  me hiciste juicio
(Si, la acuso porque sábeme  ilusa)
en  trance de indisciplina
intrépida me reputé  agraciada
olvidé yo olvidé…
la mancha del escapulario
del nombre del padre y del otro padre
por la devoción de lo pulcra
que en ningún tiempo me santificó

La mal parida desde el dolor
de esta la castigada, se apartó
me dejó sujeta a esas carnes
abandonada a mi suerte

el, insuficientemente amante
insolente se burló de mi desnudez,
la escupió en tortura sobre  mis pliegos
de vientre parido
vocifero que mis formas lacias
emulaban las sabanas mancilladas
de fluido que arranque con mi boca

La Sirena me mira con el rabillo del ojo
como otras veces… no calla
me gruñe, me abofetea
le he pedido paz,  compasión, entendimiento
me ha dejado arañada la piel en letras
Ilusa amores y otras hierbas
No entran entre tus piernas
Fuerte

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