Me he bebido el ron de tu boca amarga sin voluntad, fue tu lengua sigilosa que escudriñó entre mis dientes apretados. Me amargaron tus dedos incrustándose en mis carnes temblorosas. Quise huir de ti… quise escapar y tus ojos me intimaron y renuncie entristecida a tu cogida, concluye de una vez… antes que salga de esta muerte.
Me he bebido la sangre de mis labios de amarga santidad, fueron tus puños que aterrizaron en mi epidermis impúdica. Me desconsolaron tus palabras encarcelándose en mi percepción, No he querido huir de ti…no puedo escapar de tu amor, te obligo a subyugar mi in voluntad a tu voluntad, moralízame nueva vez ...antes que salga de esta vida…
Abandóname esta noche, yo no consigo orientarme ni ampararme si no es bajo tus pies, desgarraste mi atrevimiento, mis esperanzas, quebrantaste mi fe, desobedeciste mis vocablos y mi pasión
Abandóname esta noche, ellos duermen.
Mañana!! sí… mañana diré que me veneras por eso me abandonas esta noche, que solo de tanto temerte, mi desamor ,abandonarte yo no puedo
Una vez entré a tus versos ya no pude salir;versos que son puertas a habitaciones sin salida,fiesta del atrevimiento y la acogida,del misterio de lo erótico que igualan y enriquecen al huésped y al anfitrión
ResponderEliminarUn discurso de huellas dactilares que llega hasta la zonas erógenas.
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