Se bebió las últimas destiladas del cántaro borracho, maldecía la proterva hora en que se atravesó en sus ojos aquella mal nacida…de la cual fue su saber, su cuerpo de hembra devorado por lenguas femenil el que adivinó la pasión oculta tan oculta de la Sirena … y desde esa noche… ya no dejaba de desearla… ella tan hembra perdida en los gemidos que arrancaban sus dedos, ella pensando en ella, la castrada... delicada…grácil y sutil como nunca la Sirena misma había conseguido serlo
En una mueca torcida de asco forzado dejo escapar hilos de saliva emborrachada, aja! donde se habrá visto! que ella tan mujer, mujer de senos, obligo y llanadas lucradas, devorada en salivares ardientes, y envuelta en fluidos de los miserables que pagaban el justo precio de sus carnes, esa noche sintiera que la calentura de su piernas solo seria saciada por esa hembra.
Nauseabunda se escabullo en las esquinas de aquel lúgubre bar de vinos baratos y botellas empañadas… dando tumbos se hundió entre los olores a orines y heces de las esquinas que custodiaban las mamparas de vidrios catedrales de la taberna, lugar donde ya no había camino nuevo para arrancar de su torturante deseo… una mujer
Malogrando a cuanto macho se atrevía a ofrecer rentar sus favores, la impía Sirena se volvió a su morada, enardecida de la rabia y el deseo arrasó con cuantas cartas le había escrito la desgraciada aquella que se atrevió ha declararle ligeramente su bajeza; “Sirena quiero tu boca danzando en las auroleas de mis pechos infértiles, mientras tus dedos desfloran mis dos pétalos carnosos”
Ay! Sirena…ella que se jactaba de tumbar cuanto macho mereciera sus líquidos boyantes sobre su erguido arpón, ella agonizaba de deseo de lamer las carnes rosadas de otra como ella… aun no tanto… menos magra, menos parida, menos penetrada, menos vivida… ella la Sirena de caderas bamboleantes que aniquilaba al que se le clavara bajo sus horcajadas, lloraba de pasión por otra igual que ella…
Si Freud leyera este relato, diria que tu subconsiente, reprime tu entrepierna, que hay una fiera enjaulada, pero llena de amor...yo digo que simplemete, realidad o fantasia, denota una gran tristeza...un grito de auxilo, por un poco de amor verdadero, no el que entregan los pasajeros del tren de la vida...sino del complemento...me encanto, y como lo dije, tienes un don...cuidalo y cultivalo...feliz si tubiera un espacio, compartiria mis pensamientos, a veces vagos, a veces dispersos...con un poco de morbo...felicidades Ele.
ResponderEliminar@AkilesBaeza
Sonrío.-
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