27 F Sobre las ruedas de “el San Bernado” tercer viaje

Al quinto viaje, reconozco que esta partida me levanté con un poco de modorra y nerviosismo, para mi, un tercer viaje, empero era como si diera vuelta la rueda ya regresara al primero…esclarezcamos que “los a que”, “para que” y “donde” ya no me ha vuelto a tomar por sorpresa, sin embargo la diferencia la constituía el compartirme las horas con la gente nueva -que no se lea como una reacción de infantilismo el “cosquilleo” de no saber “con quienes” - puesto que quien después de unos viajes hermosos como estos, no ha tejido lazos empáticos y cariño con alguno de los ocupantes del bus?, quiso la providencia q este nuevo recorrido la única cara reconocible para mi era la de “er jefe Miguel” así pues con el nerviosismo colgándome de la espalda, llegue al punto de salida metro Universidad de Santiago.

Llegamos a Rancura, y mi nerviosismo inicial paso a ser solo un tópico anecdótico de mi viaje, al bajarnos del bus, ya los lazos estaban tejidos, con las hebras de la sonrisas y la conversación coloquial.


Aun ya medio curtida en esto de los viajes mi capacidad de asombro aun se exacerba, comprendo q dada la magnitud de “la vomitiva de la pachamama” el desastre material en este trozo de “nuestra larga y angosta faja de tierra” cubre con botas de cementos los pies de las acciones de recuperación gubernamentales, por favor me afano en aclarar que no es mi ánimo en esto, hacer un juicio de evaluación de la conjunción y experticia en la materialización de soluciones mediatas para el inicio de reconstrucción de nuestro país, si hay algo q aprendí en este nuevo viaje es la tolerancia y aprender a guardar silencio con respecto a mi visión política, aprendí que mas allá de los colores de la bandera de idearios que enarbolamos cada uno, hoy lo que nos convoca es un fin transversal a nuestras diferencias partidistas, eh de reconocer q no me fue un ejercicio absolutamente fácil el “guardar silencio” pero sin pecar de majadería insisto me templó lo iracunda que suelo ser, la comprensión que la conclusión de “un fin” q nos unía.

Sin embargo, retomo lo enunciado en la primeras líneas del párrafo anterior y digo q hay algo q todos vislumbramos, queda “mas que tanto”, queda un “todo por hacer”… si nos pone la piel de gallina sentir el gélido aire colándose por una ventana mal cerrada de nuestros resguardados hogares, por la Providencia! como pasan las noches costeras estos hermanos arropados hasta las muelas para capear la ventolera, la helada y el rocío de los amaneceres de otoño? ay Dios! Seguramente alguien que lee ha pensado q he citado a los que pernoctan en carpas, pues en parte, solo en parte, porque aquellos que han recibido su solución de emergencia, perdóneme ustedes, pero no me parece lista la “solución para capear el invierno” con cuatro tableros, sin materiales aislantes, forro interior, sin empalme eléctrico, hablemos de lo gélido; alguno de ustedes pueden evocar las noches veraniegas en la costa sur? hagamos el ejercicio y sentiremos le helada sobre la nariz, nuestras manos, y bajo nuestros pies, mierda q hace frío! para nosotros q evocamos noches de distracciones veraniegas; parte de la aventura, empero, para nuestros hermanos, las bofetadas continuas de esta tragedia que a nosotros nos quitó la normalidad cotidiana solo un par de días.

Digamos donde me vuelve la fe es q en cada viaje que hemos realizado, nos hemos encontrado con los “nosotros” los naturales, q nos hemos convocado en distintas agrupaciones y hemos contribuido con “un algo” así pues, distintos “agrupados” hemos ido aportando un “aderezo” a la solución, aja! Q nos queda tanto, tanto y mucho mas! si desde la objetividad restamos veinte o treinta casas de las cientos y cientos de aquellas familias que hoy quedaron a manos abiertas y pata raja mirando los rastrojos de adobe y madera q irguieron sus hogares, quizás nos gane un poco el abatimiento y pensemos, mierda q no es nada!!! empero si sumamos q desde “una sola inicial” que fue motivación digo con convicción sí! hemos hecho mas q algo! créanme que el afecto y la sonrisa que nos es regalada en nuestros viajes dobla la ilusión y la creencia de estar haciendo lo correcto en estos gestos.

Queda mucho, faltan tantos mas “alguienes” que se motiven y concreten en la acción. Cada uno de nosotros ha puesto sus manos, su fe, su amor, participando desde distinto ámbitos, como lectores, viajantes, cooperadores con ayuda, créanme hermanos que por cada sonrisa nuestra al decir “tarea de este fin de concluida”, hay mas de tres que sonríen con el pecho tan apretado como nosotros, al palparnos en la despedida con un apretón de manos, en un cruce de miradas afirmándonos que la solidaridad y el amor al prójimo son intrínsecas características de los hijos de este territorio, perdóneme el cantante, q por no ser de mi gusto no retengo el nombre, pero uso su verso para señalarnos buenos hermanos en “el último lugar del mundo”.

Quizás mi “auto-relato” de hoy, se lea un poco parco, pero créanme que viví este viaje buscando otra vez el verbo del asunto… y hoy mis palabras son que he crecido, no miré cual puño de mano empuñaba cada uno, por sobre la disparidad de visiones en un contexto partidista, de ámbitos de interacción cotidiana, grupo etáreo disímil al mío, por sobre lo que nos presentó distintos, la homogeneidad para este nuevo grupo en viaje a el ejercicio de crecimiento estuvo supeditada a un sentimiento común: amor al prójimo y un ejerció de paga al trozo de cielo q cada uno de nosotros hoy posa sus pies, sigamos, que nos gane la modorra y la complacencia pensando “hoy no soy necesario” hay otros haciendo por mi, lo digo con la autoridad de una q le cuesta la levantada temprano después de lidiar con “desde un lunes a viernes”, siempre me he reconocido medio remolona de las sábanas, y sumemos otras hiervas que me hacen medio difícilil la tarea, que si un día me animo les declaro, por ahora creo que no sobra el decirles que bien vale la paga al pequeño sacrificio de cada uno de nosotros por la recompensa q cargamos de vuelta en el bolsillo del alma…

Pd: cada día me reencanto con mi propia fe y descubro q respiro el mismo aire de los ángeles, q no me traten de loca puesto q los he visto subiendo al bus, disfrazados de mis pares en los buses camino al viaje de crecimiento” 

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