La desagregación...(carta a mi madre)

Dos platos de cerámica…un candelabro sin velas, una bandeja oval, un estuche de sintético color bermellón, dos libros, un cargador, “es tu herencia” me dijo antes de besarme con cierta dificultad… no es que no me quiera, pero esas cosas de las caricias y las palabras dulces a ella como q no le fluyen, pero en sus ojos lacados de translucidas lagrimas advertí su amor…

Caminamos en silencio hasta la avenida… mi madre, mi hermana y esta propia… de cuando en vez ojeabamos su corpórea presencia… no creo contara mas de cinco minutos antes q llegara el bus que me traía a casa… cinco minutos para otra vez abrazarla, no le dije q la amaba… cosa rara… nos cuestan tantos las palabras, creo q eso del habla y el verbo entre nosotras no fluye… eso si que las ultimas horas me pase con los ojos estrujados, y ahí en la parada de buses quise distender la despedida… parafraseé a mi padre, con su particular forma de expresar erguido y adosado al piso como clavado por los dedos del pie, me dibuje en la oscuridad de esta noche bamboleándome adelante-erguida, adelante-erguida, adelante-erguida como el, cual mono tieso, mire al cielo, seguí el ritual tal cual como cuando se persigna y nombra a su santa madre, y entre el moquillo y las lagrimas que dejan una extraña mezcla q va a parar a la mano q señalo el cielo, no contuve el llanto… ahí se me termino la juerga… al tiempo justo en que debía encaramarme camino a la desagregación… 

Los salados fluidos se dieron maña para escurrir la hora que dura al viaje… entre tanto en vez… recordé cuantas veces me sentí tan desolada como en ese preciso… 

Acá nombro la noche q casi la vi agarrar vuelo por una ventana desesperada ya de las torturas del Dettoni padre… ays… como chille… los mismo que hoy no verbalice; no me dejes!!, no me dejes!!… y zas q el camisón blanco se infla por el vuelo q por fortuna fue hacia mis brazos… en hora buena no paso un año y dejamos las piezas de la calle Arturo Prat, el patio de la iglesia de Los Sacramentinos y a mi padre. No me dolio el desapego de el … mas sentía dejar atrás el emocionalismo de un infantil amor. 

La segunda fue como cuando tenía casi una docena de años, acá hago memoria q hasta esta cita, pasaba todas las horas del día con ella, me separaba solo las horas de escuela y los minutos que tardaba en llegar a la sala cuna donde ella trabajaba…retomo… esta segunda refiero cuando ella, con todos los parabienes que puedo dedicarle ahora, se hizo de cuadernos y se pago deuda, desde la cocina corría a la nocturna, de la sala a la casa, horas tarde, muy tarde y ahí que le deba de amanecida, entre las cosas de casas y los deberes estudiantiles… ays mi madre… y yo que me quejo de nada, ahora de medio vieja y algo bruta vengo a entender, pero en ese tiempo aprecié que de un día a otro me quede sola, no había mama que me cepillara el pelo, me esperara en su trabajo con la sopa tibia, me viera los cuadernos, (creo que de ahí me viene los huraña la costumbre de hablar sola y el genio ligero) me adiestre para sentirla cuando llegaba pasada la media noche entumida, enroscaba sus extremidades frías en mi cuerpecito tibio, y me rasqueteaba la cabeza, así fingiéndome dormida recibiendo la textura de dedos que acarician como madre me sentía a salvo otra vez… eso duró lo que a mi tardó en llegarme … o … llagarme la adolescencia… 

Acá q no fue mi madre, si no fue mi hermano quien se despidió… mala fortuna q no fue temporal, dejo la materialidad corporal agarrada como un fruto a un árbol e inmaterial sin siquiera despedirse corpóreo partió (digo sin despedirse corpóreo, pq soy capaz de derrumbar a bofetadas a quien me diga que no era el quien vino vaporo a darme calma por muchas veces, cuando le pedía q viniera por mi, aja! si yo no sabía estar sin el, no se si ahora completamente) Quiso la providencia que antes que mi hermano se fuera, hacia meses ya había llegado la cría… si la primera vez que la vi… pensé es una ángel y me apropie de ella… tanto en tanto que de mi niña mía, paso a ser bendición para obra y gracia de nuestra salvación, de los días q correrían con lo de Fernando y su ausencia. Sabe Dios que así es- le obligo a mi mamá a seguir respirando… (y esto lo tengo gravado en el consiente “Elena tu y miguel son grandes, no puedo vivir con el dolor y la culpa de la muerte de Fernando, pero esta niñita me obliga a seguir acá solo me tiene a mi”)

Ahora esta es la que viene… es la vencida… mi alba madre dirige su materialidad en busca de respuestas, consuelo, silencios… quien sabe, el punto es que declaró e hizo y hoy partió a su tierra… acá donde quedamos, nos pasamos el día de llanterío mi hermana y yo… Ays… chicuela… tenemos tarea… ahora nos toca darnos maña para cubrirnos ante la ausencia de la cotidianeidad de pasarse las horas sabiendo q por ahí cerquita está de esa mujer de piel clara… manos toscas… piernas torneadas… labios finos y ojos lúgubres… y q aunque la boca sonría nunca dejan de hablar de las cargas de sus amarguras… Ays… chicuela… guardemos lagrimas que madre nos queda para rato… mira q no le aguanto q no redoble el tiempo que les resta para apalear la pena de aquí hasta la eternidad y toda nuestra vida…

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